En el mundo del pádel existen dos conceptos que son los que priman por encima del resto. La potencia y el control son los grandes apartados entre los que se posicionan los jugadores de pádel y, en función de su estilo de juego, elegirán un tipo de pala u otro.

Y es que por la bifurcación de sus facetas de juego, el pádel se divide en dos zonas muy marcadas. La zona defensiva y la zona ofensiva, respectivamente, son las dos grandes áreas donde se desarrolla el juego en función de la etapa del punto que se dispute.

Dos característica que, si bien todos los jugadores tienen que cuidar para manejarse con facilidad, dividirán a los jugadores y marcarán sus características de juego por su capacidad para desarrollar con mayor virtud una de ellas que, a la larga, marcará su juego.

Por ello, vamos en el blog de pádel de Mystica vamos analizar cada tipo de juego.

Control

Probablemente, el más importante. No por manido deja de ser cierto el dicho popular de “potencia sin control” que en pádel es altamente aplicable para obtener unos resultados satisfactorios.

Y es que el control es fundamental en el desarrollo del juego. Este viene dado de la capacidad del jugador a la hora de depurar su técnica, adquirir los golpeos propios del pádel y ser capaz de posicionarse adecuadamente en la pista.

Entenderemos por control la capacidad de un jugador de repetir de una forma continuada el golpeo realizando este con la velocidad, dirección, intención y calidad deseadas.

Un control que, lejos de lo que muchos piensan, no solo es de vital importancia en el fondo de pista sino que nos permitirá elevar nuestra calidad de juego también en el ataque para poder ser eficientes.

Tener un control depurado permitirá a los jugadores de pádel tener una calidad de golpeo alta. El pádel es un deporte de repetición en el que cuantas más veces se golpee la pelota de forma correcta más fácil será alcanzar el éxito.

Un tipo de juego para el que se recomiendan las palas de pádel de formato redondo. ¿Por qué? Gracias a su formato el balance estará ubicado hacia el puño o grip haciendo de esta una prolongación de la mano que, además, nos permitirá tener un margen de error alto al aportar un punto dulce amplio que no penalice en exceso los golpes descentrados.

En Mystica nos encanta el control y existe, desde hace años, un modelo de gran fama destinado a este apartado. Si eres de los que aman el control por encima del resto de facetas del juego, la saga Proteo con las Mystica Proteo 2.0 o Mystica Proteo L.E. 2020 serán tus dos grandes opciones 

Potencia

Sin ser el más importante, es el más deseado. La potencia es en el pádel el dorado que todo jugador ansía por su capacidad para definir y demostrar quién es el jugador más decisivo en la pista.

Y es que la potencia es el paso definitivo. Los jugadores de pádel amateur deben comenzar por dominar el deporte, adquirir un alto control en sus golpes, pero darán un salto evolutivo cuando, a todo esto, sean capaces de incorporar un plus de potencia.

Una potencia que está asociada a la faceta ofensiva del juego. Golpeos como la volea, la bandeja y, por supuesto, el remate necesitan de una calidad alta de golpeo donde es la potencia el valor diferencial para poder dominar al rival y generar un juego agresivo y dominador.

Para adquirir una potencia determinada en los golpeos será indispensable ser capaces de realizar todos los gestos técnicos de una forma regular, fiable y contrastada para, después, ir explorando las velocidad, los efectos y el incremento de potencia.

Serán las palas de pádel de formato diamante aquellas que estarán destinadas para poder sacar el mejor rendimiento gracias a su balance alto, desplazado hacia la zona más elevada de la pala, donde se consigue exprimir el máximo rendimiento.

Para aquellos perfiles que aman la potencia y que buscan dar un salto de calidad a su juego en este apartado, el nombre Apocalypse es un referente. La gama de máxima potencia de Mystica ofrece las mejores sensaciones de juego y las Mystica Apocalypse 2.0 o Mystica Apocalypse L.E. 2020 serán sus dos grandes referencias.